En un pequeño pueblo vivía un niño llamado Luis, que adoraba inventar.
Cada día, después de la escuela, Luis corría a su taller para crear.
Su proyecto actual era una máquina para ayudar a recoger frutas.
Él pensaba en su abuela, quien se cansaba rápidamente en el huerto.
Con tubos, engranajes y muchas ideas, la máquina estaba casi lista.
¡Pero algo no funcionaba! Sin embargo, Luis no se daba por vencido.
Se puso a leer libros de mecánica para encontrar una solución.
Después de muchos intentos, ¡la máquina cobró vida!
La máquina podía recoger frutas suavemente, sin dañarlas.
Luis mostró la máquina a su abuela, quien se llenó de alegría.
Ahora, la abuela podía descansar mientras la máquina hacía el trabajo duro.
Luis se dio cuenta de que sus inventos podían cambiar vidas para mejor.
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