Había una vez una araña llamada Lola que vivía en un pequeño rincón del bosque encantado. Un día, mientras Lola tejía su tela, se encontró con un desarrollador web llamado Diego. Ambos eran muy curiosos y decidieron explorar juntos cómo funcionaban los sitios web.
Diego explicó a Lola que un sitio web es como una casa mágica en Internet. Él construía los cimientos colocando el código y diseñando las páginas con colores y formas. Lola quedó maravillada por la habilidad de Diego.
Lola, con sus ojos agudos, notó que algunos sitios web tenían botones que se iluminaban cuando los tocaban. Diego le explicó que estos botones eran como puertas secretas que llevaban a diferentes lugares dentro del sitio web. Lola imaginó la emoción de explorar cada puerta.
Por último, Diego le mostró a Lola cómo los sitios web podían ser vistos por personas de todo el mundo. Lola pensó en todas las arañas y animales del bosque que podrían disfrutar de las historias y juegos en línea. Se sintió feliz de saber que podía compartir sus hilos de seda con el mundo entero.
Desde aquel día, Lola y Diego se convirtieron en grandes amigos. Siempre exploraban y compartían nuevos descubrimientos sobre sitios web. Juntos, demostraron que la amistad entre una araña y un desarrollador web podía ser tan mágica como un sitio web en sí.
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