Érase una vez una niña llamada María que buscaba un hogar donde se sintiera amada y querida. Ella había pasado por varias casas de acogida, pero ninguna de ellas se sentía como un verdadero hogar. Un día, mientras paseaba por el parque, María encontró un pájaro herido en el suelo. Con cuidado, lo tomó y buscó ayuda. Cuando tocó la puerta de una casa cercana, una señora amable abrió, pero desafortunadamente no podía ayudar con el pájaro.

Triste y desanimada, María siguió caminando hasta llegar a una pequeña tienda de libros. Allí, un viejo hombre le regaló una Biblia y le dijo que podía encontrar consuelo y esperanza en sus páginas. María no estaba segura de qué hacer con la Biblia, pero decidió llevársela a casa. Por la noche, María abrió la Biblia y comenzó a leer. A medida que leía las historias de la Biblia, María se dio cuenta de que Dios siempre cuidaba de sus hijos, incluso en los momentos más difíciles. Una historia en particular le llamó la atención: la historia de José.

José había pasado por muchas pruebas y dificultades, pero al final, Dios le había dado un hogar amoroso y lo había convertido en una persona muy importante. Esta historia le dio esperanza a María y la hizo creer que también podría encontrar un hogar donde la amaran. Días después, María encontró un nuevo hogar y una familia adoptiva. Aunque estaba emocionada, también estaba un poco asustada. Sin embargo, recordó la historia de José y confió en que Dios la cuidaría a ella también.

En su nuevo hogar, María cuidó del pajarito herido que había encontrado en el parque. Con amor y paciencia, el pajarito se recuperó y voló libremente por el cielo. María se sintió feliz y orgullosa de haber cuidado a alguien tan pequeño y necesitado. Poco a poco, María se dio cuenta de que su nuevo hogar era un lugar lleno de amor y comprensión. Su familia adoptiva la abrazaba con cariño y se preocupaba por ella. María estaba agradecida y sabía que esto era un regalo de Dios.

La historia de María nos enseña que, incluso en los momentos más difíciles, Dios siempre está cuidando de nosotros. A veces, puede que pasemos por momentos difíciles, al igual que José, pero si confiamos en Dios, Él nos guiará hacia un hogar lleno de amor y felicidad. Así que, mi querido niño, recuerda siempre que, al igual que María, Dios estará contigo en cada paso que des. Nunca dejes de creer en el amor de Dios, porque Él siempre pone un hogar amoroso en el corazón de sus hijos.

Y así, María, con una sonrisa en su rostro, vivió feliz en su nuevo hogar, recordando siempre el amor constante de Dios. Buenas noches, querido niño. Que esta historia te traiga dulces sueños y te recuerde el amor inmenso que Dios tiene por ti.