Adrián quedó sin palabras, mirando al ser con asombro.
No entendía completamente lo que estaba sucediendo.
Sintió una extraña sensación de calma y aceptación.
Pasaron un rato con el ser, que les mostró algunas de las maravillas de este nuevo mundo.
Les enseñó las plantas que brillaban con luz propia.
Los ríos fluían con agua de colores.
El ser les presentó a las criaturas que llenaban el aire con su canto suave y melodioso.