ve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié." ¡La Palabra de Dios es como la lluvia que cae del cielo! Nos riega y nos hace crecer espiritualmente. Cuando leemos y obedecemos la Palabra de Dios, Él la cumple en nuestras vidas. Nos fortalece, nos guía y nos ayuda a ser mejores cada día.

Dios nos llama para tener un camino seguro: Isaías 55:12 dice: "Porque con alegría saldréis, y con paz seréis guiados; los montes y las colinas prorrumpirán en canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo batirán sus palmas."

Cuando seguimos a Dios, Él nos lleva por caminos seguros y nos guía con alegría y paz. No importa cuán difíciles sean las montañas que enfrentemos, Dios nos da la fuerza y las canciones de victoria para superarlos. ¡Incluso la naturaleza se regocija por nuestro camino junto a Dios! Dios nos llama para encontrar paz eterna:

Finalmente, en Isaías 55:13, leemos: "En lugar de la zarza crecerá el ciprés, en lugar de la ortiga crecerá el mirto; y esto será para gloria de Jehová, por señal eterna, que nunca se extinguirá." Dios nos promete que en lugar de la tristeza y el dolor, Él nos dará paz y gozo eterno. Nos transformará y nos hará crecer en lo que Él ha diseñado para nosotros. ¡Viviremos una vida llena de gloria y su señal eterna nunca se extinguirá!

Y así, amigos, concluye nuestra emocionante aventura en las Aguas de la Salvación. Espero que hayan disfrutado del viaje y que siempre recuerden que Dios nos llama a beber de Su amor, nos guía en nuestro camino, y nos ofrece paz eterna. Descansen y sueñen con las maravillas de Dios. ¡Hasta la próxima aventura, queridos amigos!

Buena noche y hasta mañana. ¡Dulces sueños!