En un mundo dentro de nosotros, vivían cinco mentes únicas. La primera era Alegría.
Con un brillo especial, Alegría encontraba siempre lo bueno de cada día.
Un día, Enojo demostró su valor defendiendo a sus amigos de una injusticia.
Enojo nunca se da por vencido y lucha hasta que la equidad reina.
Tristeza, por otro lado, escuchaba atentamente el dolor de los demás.
Con cada abrazo, Tristeza mostraba cómo la empatía podía sanar heridas.
Sorpresa, siempre emocionante, buscaba la magia en nuevas experiencias.
Siempre lista para explorar, Sorpresa llevaba a sus amigos a aventuras inesperadas.
Amor, lleno de pasión, veía belleza en los pequeños detalles de la vida.
Amor creaba lazos únicos, celebrando el amor en todas sus formas.
Juntos, Alegría, Enojo, Tristeza, Sorpresa y Amor, creaban armonía.
Cada mente, vital en su manera, nos enseñaba el valor de las emociones.
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