Había una vez un dinosaurio llamado Dino que vivía en un lejano Valle Dino. Dino era muy curioso y siempre soñaba con descubrir lugares nuevos y emocionantes. Un día, mientras Dino estaba observando las estrellas en el cielo, se preguntó cómo sería viajar al espacio y conocer los planetas. Decidió que haría todo lo posible para hacer realidad su sueño y conocer esos mundos lejanos.
Dino construyó una nave espacial especial con hojas y ramitas. Con mucha ilusión, se subió a su nave y despegó hacia el cielo. Volando hacia la oscuridad del espacio, Dino se sentía emocionado y un poco nervioso. Pronto, llegó al primer planeta, Mercurio, que era muy caliente. Dino se dio cuenta de que no podía quedarse allí mucho tiempo. Así que continuó su viaje y se dirigió hacia Venus, el planeta más brillante. Allí, se encontró con nubes y lluvias ácidas, así que tuvo que marcharse muy pronto.
Dino continuó su viaje hacia Marte, el planeta rojo. Allí descubrió montañas y cañones gigantes. Pensó que era un lugar muy emocionante, pero decidió seguir adelante. Llegó a Júpiter, el gigante del sistema solar. Era enorme y tenía rayas de colores. Dino quedó maravillado por su belleza. Fue el primer planeta donde deseo poder quedarse por más tiempo, pero sabía que aún tenía más lugares por descubrir.
Dino siguió su aventura hacia Saturno, donde encontró un anillo brillante y hermoso alrededor del planeta. Era como una joya en el espacio. Dino se imagino que podría ser un collar para su mamá dinosaurio. Por último, llegó a Neptuno, el planeta azul. Tenía un color hermoso y se veía como un océano gigante. Dino disfrutó nadando en el espacio por un rato, antes de darse cuenta de que era hora de regresar a casa.
Después de un emocionante viaje por el espacio, Dino volvió a su hogar en el Valle Dino. Estaba feliz de haber conocido los planetas y había aprendido muchas cosas nuevas. Dino se dio cuenta de que no importaba lo lejos que viajara, su hogar siempre sería el lugar más especial. Y mientras se quedaba dormido, soñaba con nuevas aventuras y con la emoción de explorar más allá de las estrellas.
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