Había una vez un diminuto dinosaurio llamado Rex que vivía en una cueva junto a su familia. Rex era muy curioso y siempre quería aprender cosas nuevas. Un día, mientras miraba las estrellas en el cielo oscuro, se preguntó qué habría más allá de su hogar en la Tierra. Decidió ir al espacio para aprender sobre los planetas.
Rex construyó una nave espacial brillante y se preparó para su emocionante viaje espacial. Vistiendo un traje espacial plateado con casco, abordó su nave y despegó hacia las estrellas. Mientras volaba por el espacio, pasaba cerca de planetas gigantes y coloridos.
Primero, Rex llegó a un planeta rojo cubierto de polvo llamado Marte. Aterrizó y exploró el paisaje desierto. Luego, se encontró con un marciano amigable que le enseñó sobre la vida en Marte y cómo sobrevivir en un lugar tan seco.
Después, Rex llegó a un planeta gigante con anillos llamado Saturno. Quedó maravillado por la belleza de los anillos y encontró a una familia de extraterrestres amigables que vivían allí. Le mostraron cómo bailar entre los anillos y le enseñaron sobre la importancia de cuidar el medio ambiente en otros planetas.
Finalmente, Rex llegó a un pequeño planeta azul llamado la Tierra, su hogar. Estaba emocionado de regresar y compartir todo lo que había aprendido. Descendió en su nave y reunió a su familia para contarles todo sobre su increíble viaje espacial. Todos aplaudieron a Rex por su valentía y deseos de aprender.
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