Hay un elefante wao, el elefante se llama Eduardo. Eduardo le gusta comer manzanas.
Cada día, buscaba árboles frutales. Un día, encontró un árbol lleno de deliciosas manzanas rojas.
Eduardo comía y comía. Las manzanas eran jugosas y dulces. ¡No podía parar de comer!
Después de comer, Eduardo se sintió muy lleno y pesado. Quizás había comido demasiado.
Pero eso no detuvo a Eduardo. Empezó a saltar felizmente. '¡Hop! ¡Hop! ¡Hop!'
Luego, comenzó a bailar. Giraba y daba vueltas. Las aves de la selva se reunían para ver.
De repente, Eduardo se detuvo. Se sentía extraño. Sus mejillas se inflaron de aire.
Corrió hacia un espacio abierto y... '¡Blah!' Las manzanas habían vuelto a salir.
Eduardo se dio cuenta de que había comido demasiado. Decidió que debía comer más despacio.
Prometió cuidar más su barriguita y escuchar cuando tuviera suficiente.
Desde aquel día, Eduardo vivió aventuras nuevas, pero siempre cuidando de sí mismo.
Y así, Eduardo se convirtió en el elefante más feliz y saludable de toda la selva.
Reflection Questions