En un mundo mágico donde las montañas flotan y las estrellas se pueden tocar
había una criatura con alas iridiscentes y ojos que veían más allá de lo visible.
Este ser especial se llamaba Zephyr y era un guardián muy valiente.
Zephyr vivía en una cueva mágica en lo alto de las montañas flotantes.
Su misión era resolver acertijos complejos para proteger su hogar.
Un día, un intruso intentó entrar en la cueva de Zephyr.
Pero Zephyr sabía que solo podía permitir el acceso a alguien que respondiera correctamente un acertijo.
El intruso estaba confundido, pero Zephyr le hizo una pregunta: ¿Dónde se oculta la luna durante el día?
El intruso pensó y pensó, pero no pudo encontrar la respuesta.
Entonces, Zephyr le reveló el secreto: La luna se oculta en el corazón de los sueños.