Había una vez un ser mágico llamado Zafiro, con ojos que brillaban en la oscuridad.
Zafiro podía interactuar con las sombras y aprender historias del pasado.
Las sombras cobraban vida y le mostraban a Zafiro los recuerdos de las personas.
Zafiro veía la historia de una niña, un valiente caballero y un dulce anciano.
A medida que interactuaba con las sombras, Zafiro aprendía sobre el pasado y la importancia de los recuerdos.
Un día, Zafiro encontró una sombra triste que no quería contar su historia.
Zafiro decidió ayudar a la sombra triste a encontrar la fuerza para compartir su historia.
Juntos, descubrieron que compartir la tristeza era una forma de liberarse de ella.
Zafiro comprendió que el pasado puede ser doloroso, pero también puede enseñarnos valiosas lecciones.
Desde ese día, Zafiro se convirtió en el Guardián de las Sombras, ayudando a las historias olvidadas a ser recordadas.