Había una vez un reino donde todos vivían felices. Pero un día, la corona de la reina desapareció.
La reina estaba muy triste. ¿Cómo era posible que su corona se haya ido sin dejar rastro?
El rey declaró: '¡Habrá una gran recompensa para quien encuentre la corona!'
Todos en el castillo se transformaron en detectives, buscando la corona en todos los rincones.
Sir Gilbert, el caballero, buscó en la sala de armaduras, donde brillaban las espadas.
Dama Fiona, la cocinera, revisó todas las ollas y sartenes en la cocina real.
Los niños del palacio pensaron que podría estar oculta en los vastos jardines.
Pasaron los días y nadie encontraba la corona. La reina se sentía más triste cada día.
Hasta que un pequeño ratón, llamado Remy, salió de su escondite con algo brillante.
¡Era la corona! Remy la había encontrado en un agujero muy estrecho.
Todos se sorprendieron de que el más pequeño del reino resolvió el gran misterio.
La reina estaba tan agradecida que organizó un banquete en honor a Remy el ratón.
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