Había una vez un ratón llamado Tomás que vivía en el bosque. Tenía muchos amigos animalitos.
Un día, el ratoncito se empezó a sentir malito. Tenía fiebre y dolores en su pancita.
El conejo, el ciervo y el búho se preocuparon mucho por su amiguito. Decidieron ayudarlo.
El conejo corrió a buscar una zanahoria que ayudaría a aliviar el dolor de pancita de Tomás.
El ciervo encontró unas hojas mágicas que bajarían la fiebre de Tomás.
El búho voló hasta la flor más bonita del bosque. Sus pétalos harían sentir mejor a Tomás.
Con mucho cuidado y cariño, los amigos le dieron al ratoncito sus remedios y lo abrazaron.
Gracias al cuidado y afecto de sus amigos, Tomás se sintió mejor poco a poco.
Tomás aprendió que los amigos siempre están ahí para cuidar y ayudar en los momentos difíciles.
Y así, el ratón y sus amigos animalitos siguieron siendo amigos para siempre.
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