En un desierto con arena de colores, un ser oye los secretos del viento.
Con oídos finos y mirada penetrante, escucha los susurros y los guarda en frascos.
Un día, el viento cuenta una historia de amor perdido y corazones rotos.
El ser del viento se emociona y llora lágrimas de cristal.
Con un suspiro melancólico, guarda esas lágrimas en un frasco especial.
El frasco brilla y se convierte en un símbolo de esperanza y sanación.
El ser del viento continúa recogiendo historias de tristeza y alegría.
Y así, el desierto se llena con los sueños y secretos de todos.
Gracias al ser del viento, todos son escuchados y recordados para siempre.
Y así, la magia del viento sigue viva en el desierto.