Érase una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, vivía una niña llamada Sofia.
Sofia siempre ahorraba su dinero en una alcancía rosa.
Un día, encontró un misterioso tesoro escondido en el jardín.
Sofia decidió usar el tesoro para ayudar a su abuela.
La abuela de Sofia le enseñó a invertir sabiamente su dinero.
Después de un tiempo, Sofia había ganado más dinero de su inversión.
Sofia decidió donar una parte de su dinero a un orfanato.
Los niños del orfanato estaban muy felices con la ayuda de Sofia.
Sofia aprendió que compartir su dinero con los demás era importante.
Volvió a ahorrar para seguir ayudando a los demás en el futuro.