Había una vez una niña llamada María que tenía una imaginación muy grande. Sus pensamientos se parecían a un Netflix en su mente donde podía ver cualquier película que quisiera. ¡Era muy divertido!
Un día, María decidió crear su propia película en su mente. Imaginó un mundo lleno de magia y aventuras. Podía volar como una mariposa y nadar con los delfines. ¡Era emocionante!
Pero a medida que pasaba el tiempo, María comenzó a pasar más y más tiempo en su Netflix mental y se olvidó de jugar con sus amigos. Se sentía triste y sola.
Un día, su amiga Ana se acercó a María y le preguntó por qué ya no jugaba con ellos. María explicó su Netflix mental y cómo era tan emocionante. Ana entendió pero le recordó lo divertido que era jugar juntas.
María decidió darle un descanso a su Netflix mental y jugar con sus amigos. Descubrió que era emocionante jugar en la vida real y que la imaginación también podía estar allí.
Ahora, Maria aprendió a equilibrar su tiempo entre su Netflix mental y jugar con sus amigos. Descubrió que ambas cosas eran importantes y se volvió muy feliz.
La historia de María nos enseña que es bueno utilizar nuestra imaginación, pero también es importante vivir en el mundo real y disfrutar de nuestras amistades.