Había una vez una princesa llamada María que vivía en un palacio en el Bosque Encantado.
El palacio estaba lleno de luces de colores y siempre se oía música y risas.
Un día, la Princesa María encontró un mapa viejo en la biblioteca del palacio.
El mapa tenía una ruta hacia un tesoro escondido en el bosque.
Determinada a encontrar el tesoro, María se puso su capa y salió al bosque.
Mientras caminaba, encontró animales del bosque que le pedían ayuda con problemas.
Primero, ayudó a un conejo atrapado en una trampa suavemente liberándolo.
Luego, compartió su comida con una ardilla hambrienta, dándole unas nueces.
Más tarde, escuchó las preocupaciones de un joven ciervo perdido y lo guió a casa.
Al final del día, llegó al lugar marcado en el mapa, pero no encontró nada.
De repente, los animales que había ayudado llegaron con el tesoro, agradeciéndole.
La Princesa María se dio cuenta de que el verdadero tesoro eran los amigos que había hecho.
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