Había una vez un gato gris llamado Tomás.
Tomás vivía en una casa grande con otros gatos.
Un día, Tomás decidió explorar el vecindario.
Caminó por las calles y encontró a un gato negro llamado Luna.
Luna le mostró a Tomás un parque lleno de árboles.
Jugaron juntos saltando de rama en rama.
Tomás y Luna se hicieron amigos para siempre.
Regresaron a casa y se unieron al resto de los gatos.
Desde ese día, los gatos exploraban juntos cada aventura.
Y así, termina la historia de los gatos aventureros.
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