Había una vez, en un pequeño puerto, un barquito llamado Valiente. Estaba listo para su gran viaje.
Primero, Valiente navegó hacia el norte. Vio peces brillantes y delfines juguetones que le hicieron reír.
Luego, se dirigió al este donde las olas eran más grandes. Se mantuvo fuerte aunque a veces tenía miedo.
Viajando al sur, Valiente descubrió hermosas playas y palmeras que bailaban con el viento.
Más adelante, Valiente exploró un lago tranquilo. Aprendió a gozar del silencio y de la calma.
Valiente también nadó en lagunas llenas de lirios. Los colores y olores eran una fiesta para los sentidos.
Un día, Valiente tuvo que navegar bajo una tormenta. Aunque estaba asustado, sabía que podía superarla.
Después de la tormenta, un arcoíris lleno el cielo. Valiente se sintió feliz de haber seguido adelante.
Finalmente, Valiente llegó a Venecia. Los canales eran estrechos, pero navegó con cuidado y gracia.
En Venecia, Valiente vio edificios antiguos y góndolas elegantes. Empezó a soñar con su próximo viaje.
Con el corazón lleno de historias, Valiente decidió que era hora de volver a casa por ahora.
Cuando Valiente regresó al puerto, todos celebraron sus aventuras. Sabía que pronto zarparía de nuevo.
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