En un pequeño pueblo, había una biblioteca llena de grandes estantes.
Los estantes guardaban libros con letras doradas y colores vivos.
Cada libro era un tesoro de aventuras y conocimiento esperando ser descubierto.
Josué era un niño inteligente y dulce que amaba leer en la biblioteca.
Los grandes ojos azules de Josué brillaban al adentrarse en cada historia.
Leía sobre selvas misteriosas y animales salvajes llenos de magia.
Imaginaba ser un caballero valiente enfrentando dragones y rescatando princesas.
Soñaba con viajar en cohetes al espacio y conversar con amables astronautas.
Aprendía de piratas en busca de tesoros y héroes de historias antiguas.
Descubría el mundo, sus geografías y maravillas, página a página.
Josué escribía sus propias aventuras, llenando hojas con su pluma ágil.
Sueña con que otros niños encuentren alegría en sus palabras hechas cuentos.
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