Había una vez una cigüeña llamada Pedro que vivía en las maravillosas salinas de San Pedro. Las salinas eran un lugar mágico lleno de agua salada y muchísimos animalitos. Pedro era el guardián de las salinas y su misión era cuidar a todos los animales que vivían allí. Pedro era alto, con plumas blancas y largas patas rosadas.
Un día, Pedro se dio cuenta de que algunas personas estaban ensuciando el hábitat de los animalitos. Habían dejado basura y plásticos por todas partes. Los pajaritos no podían encontrar comida y los peces estaban enfermos. Pedro se sintió muy triste y decidió hacer algo al respecto.
Pedro organizó una reunión con todos los animales de las salinas. Les explicó lo importante que era cuidar el hábitat y cómo podían hacerlo. Los pájaros y los peces acordaron no ensuciar y recoger la basura para mantener el agua limpia. Juntos, limpiaron las salinas y volvió a ser un lugar hermoso.
Gracias al esfuerzo de Pedro y los animales, las salinas de San Pedro volvieron a ser un hogar seguro y hermoso para todos los seres vivos. La cigüeña Pedro se convirtió en un héroe y todos los animales le estaban agradecidos. Juntos, prometieron cuidar el hábitat y proteger a los animales en peligro de extinción.
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