En un valle de sombras, una criatura de luz caminaba.
Emitiendo suavemente su brillo, transformaba la oscuridad en luz.
Su piel era suave y brillante, con colores brillantes y cálidos.
Sin ojos ni boca, pero con un corazón lleno de esperanza.
Dondequiera que pasaba, las plantas crecían y las sonrisas florecían.
Los animales encontraban consuelo en su suave resplandor.
Día y noche, nunca dejaba de iluminar su camino.
Incluso cuando estaba cansada, su luz nunca se extinguía.
La criatura de luz era un símbolo de esperanza y optimismo.
Y así, en el valle de sombras, la luz siempre brillaba.