Había una vez una niña llamada Sofia, quien tenía una mejor amiga llamada Laura. Siempre se divertían juntas, pero un día, Sofia empezó a sentir celos de Laura.
Sofia estaba celosa porque Laura había ganado un premio en su clase por su hermosa pintura. Sofia también le gustaba pintar, y se sentía desanimada porque Laura siempre parecía tener más éxito.
Un día, Sofia decidió hablar con Laura sobre sus sentimientos de envidia. Le dijo: 'Laura, me siento celosa de tu talento para pintar. Quisiera también ganar un premio algún día'.
Laura entendió cómo se sentía Sofia y le respondió: 'Sofia, todos tenemos diferentes talentos. Puedes ser realmente buena en algo que yo no sea. ¡Seguro que pronto ganarás un premio con tu creatividad!'.
Después de esa conversación, Sofia decidió mejorar sus habilidades en la pintura. Practicó constantemente y nunca dejó de intentarlo. Con perseverancia, finalmente ganó un premio en una competencia de arte.
Sofia se dio cuenta de que en lugar de sentir celos, podía sentirse feliz y orgullosa de sus amigos. Desde entonces, ella y Laura siguieron apoyándose mutuamente en sus logros y disfrutando de su amistad.
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