En lo alto de una montaña, vivía un conejo llamado Serapio con sus dos nietas.
Serapio era un conejo gentil, pero Serafina y Sefora a menudo se burlaban de otros animales.
'Mira qué feas son', se reían de las cabras y ovejas, mientras Serapio se sentía avergonzado.
Serapio les propuso un juego: cada falta de respeto debía seguirse con una disculpa escrita.
Las nietas aceptaron y comenzaron a escribir 'disculpa' cada vez que se mofaban.
Con el tiempo, Serafina y Sefora se cansaron de escribir y decidieron ser más respetuosas.
Reflection Questions