El aire olía a chocolate caliente. Carolina entró a la cafetería, escapando del frío.

Luces brillantes y guirnaldas decoraban el lugar. ¡Había un árbol de Navidad gigante!

Carolina pidió un pastelito de calabaza y se sentó junto a la ventana.

Mientras comía, vio nieve caer. Recordó las Navidades con su familia.

De repente, un niño entró. Estaba solo, mirando los dulces con ojos brillantes.

Carolina sonrió y le compró un chocolate caliente. 'Feliz Navidad', le dijo.