Había una vez una niña llamada María que vivía en una pequeña casa en el campo con su familia. Todos los días, María y su familia trabajaban arduamente en el campo para cultivar frutas y vegetales deliciosos. María amaba ayudar a su familia y cuidar las plantas.
Un día, mientras María regaba las plantas, encontró un pequeño pajarito herido. Sin pensarlo dos veces, lo llevó a su mamá y papá para que lo cuidaran. Juntos, construyeron un pequeño nido para el pajarito y lo alimentaron hasta que se sintió mejor.
A medida que pasaba el tiempo, el pajarito se recuperó y comenzó a volar por el campo. María se sentía feliz y orgullosa de haber ayudado a un ser indefenso. Todos los días, el pajarito visitaba a María en el campo y le cantaba hermosas canciones.
María aprendió que no importa cuán pequeña sea una persona, todos pueden hacer una diferencia en el mundo. Ella decidió ayudar a los demás siempre que pudiera, con amor y bondad en su corazón.
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