Había una vez, en una escuelina, unos niños y niñas muy curiosos.
Sus ojos brillaban con la luz de las estrellas cada noche.
No importaba la estación, amaban observar el cielo.
En Navidad, las estrellas se escondían, guardando un secreto.
La víspera de Navidad, una estrella fugaz cayó cerca de ellos.
La estrella fugaz se detuvo en la ventana de la escuela.
Era La Guardiana de las Estrellas, portadora de magia navideña.
Reveló el poder de las estrellas en Navidad.
Estrellas se convierten en recuerdos del pasado y presente.
Así, también se tornan en sueños para el futuro.
Los niños prometieron proteger los sueños que las estrellas les dieron.
Con corazones llenos de esperanza, dijeron adiós a la estrella.
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