Había una vez un conejito llamado Juanito.
Juanito vivía en un hermoso prado lleno de flores y árboles.
Un día, Juanito decidió explorar más allá del prado y encontró un enorme puente.
Juanito tenía un poco de miedo de cruzar el puente, pero su curiosidad era más grande.
Paso a paso, Juanito comenzó a cruzar el puente, sintiendo mariposas en el estómago.
A medida que avanzaba, el puente empezó a moverse y a hacer ruidos extraños.
Juanito estaba asustado, pero recordó que tenía coraje y siguió adelante.
Finalmente, Juanito cruzó el puente y descubrió un hermoso bosque del otro lado.
Juanito se dio cuenta de que cruzar el puente le permitió descubrir nuevos lugares emocionantes.
Desde ese día, Juanito se convirtió en un conejito aventurero que siempre buscaba nuevos puentes por cruzar.