Había una vez una princesa llamada Marcelita. Ella vivía en un hermoso castillo.
Marcelita cumplía 35 años. Su esposo, Jesús, planeaba una sorpresa muy especial.
Mientras Marcelita dormía, Jesús decoró toda la sala del trono con flores y luces.
Cuando Marcelita despertó, Jesús la llevó a la sala. ¡Era un festival de colores y aromas!
Carol, la mamá de Marcelita, había hecho su pastel favorito: de chocolate con fresas.
Su padre le regaló un diario nuevo. 'Para escribir tus aventuras', dijo con una sonrisa.
Todos en el reino amaban a Marcelita. Ella siempre fue amable y justa con su gente.
Marcelita hizo un deseo antes de soplar las velas. 'Que mi familia siempre esté feliz,' pensó.
Los músicos comenzaron a tocar y todos empezaron a bailar y festejar.
Marcelita se sintió agradecida por tener a gente que la quiere tanto. Su corazón estaba lleno.
Esa noche, Marcelita escribió en su nuevo diario, guardando los recuerdos del día hermoso.
Y así, rodeada de amor, la princesa Marcelita se fue a dormir, soñando con futuras alegrías.
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