En una tierra muy, muy lejana, había una princesa. Era la princesa más linda de todo el mundo. Pero un día, la malvada bruja vino por ella al palacio y la bruja dijo: 'Yo quiero a la princesa'. '¡NO!', dijo la princesa. Entonces, la bruja le puso una maldición que la convirtió en bruja y dejó de ser la más linda. Pero el príncipe sabe que sigue siendo la princesa, por lo que decide ir al bosque encantado para buscar una copa mágica para que un mago la vuelva a como era antes y ella sea linda otra vez.
El príncipe se adentra en el bosque encantado y se encuentra con seres mágicos y criaturas fascinantes. Después de buscar durante días y días, el príncipe finalmente encuentra al mago que posee la copa mágica. El mago le dice que para que la copa funcione, el príncipe debe recitar un encantamiento especial y demostrar su valentía.
El príncipe, decidido a rescatar a la princesa, recita el encantamiento y muestra su valentía enfrentando pruebas difíciles. Finalmente, el mago le entrega la copa mágica al príncipe y le explica cómo usarla. El príncipe agradece al mago y corre de regreso al palacio para encontrar a la princesa.
Cuando el príncipe llega al palacio, se da cuenta de que la bruja ha causado tanto miedo y tristeza entre el pueblo que el lugar parece desolado. Pero el príncipe no se rinde y busca a la princesa en cada rincón del palacio. Finalmente, la encuentra en una torre, aún con la apariencia de bruja pero con una mirada triste en sus ojos.
'Princesa', dice el príncipe con suavidad, 'he traído la copa mágica que te devolverá tu belleza'. La princesa, con una pequeña sonrisa, toma la copa de manos del príncipe y bebe de ella. De repente, una luz brillante la envuelve y, poco a poco, su apariencia cambia. Vuelve a ser la princesa más linda de todo el mundo.
La princesa, ahora hermosa otra vez, abraza al príncipe y le agradece por su valentía y amor. El príncipe sonríe y le dice que nunca dejará que ninguna maldición separe su amor. Juntos, caminan hacia el pueblo y su belleza ilumina el palacio y la vida de todos los habitantes. Y así, vivieron felices para siempre.
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