Había una vez un mundo donde existían tres grandes países. En uno de ellos reinaba la Reina de Caramelo, en otro el Rey Chocolate Blanco y en el último el Rey Chocolate Café. Los tres vivían en paz y armonía.
La Reina de Caramelo era dulce como un helado de fresa. Su vestido era rosado y brillante como un caramelo suave.
El Rey Chocolate Blanco era alto y elegante como una barra de chocolate blanco. Su corona era brillante como la luz de la luna.
El Rey Chocolate Café era amable y sonriente como una taza de chocolate caliente. Su bigote era del color del café tostado.
Un día, los tres gobernantes decidieron reunirse para celebrar su amistad. Organizaron un gran banquete con dulces y chocolates de todos los colores y sabores.
Durante la celebración, los niños y niñas de los tres países jugaron y se divirtieron juntos. No importaba de qué país fueran, todos eran amigos.
Desde aquel día, la Reina de Caramelo, el Rey Chocolate Blanco y el Rey Chocolate Café siempre se apoyaron y promovieron la amistad entre sus países.
Y así, en ese mundo mágico, la amistad y la diversidad siempre reinaron gracias a la unión de la Reina de Caramelo y los Reyes de Chocolate.
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