Había una vez en México, durante la época navideña, un niño llamado Alejandro. Alejandro estaba emocionado porque le encantaban las tradiciones mexicanas en Navidad. ¡Era su época favorita del año!
A Alejandro le encantaba la Posada, una fiesta en la que se recrea el viaje de María y José en busca de un lugar para hospedarse. Él y sus amigos se disfrazaban y cantaban mientras iban de casa en casa, pidiendo posada. Al final, todos compartían deliciosos tamales calientitos.
Otra tradición que Alejandro esperaba con ansias era la Nochebuena. En esa noche, toda la familia se reunía alrededor de una hermosa mesa decorada con una gran cena. Comían pavo, bacalao, romeritos y buñuelos. Después, rompían una piñata llena de dulces y juguetes.
Pero la tradición más emocionante para Alejandro era el Día de los Reyes Magos. En la noche del 5 de enero, dejaba su zapato debajo del árbol, esperando despertar con regalos sorpresa. Los Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, llegaban durante la noche en sus camellos para dejarle presentes.
Con cada una de estas tradiciones, Alejandro se sentía feliz y agradecido. Aprendió a valorar la importancia de la familia y la alegría de compartir con los demás. Las tradiciones mexicanas en Navidad siempre llenaban su corazón de amor y felicidad.