Había una vez una hermosa princesa llamada Lila. Lila vivía en un castillo mágico, rodeado de un hermoso bosque lleno de flores y animales encantadores. Un día, mientras Lila caminaba por el bosque, se encontró con una niña llamada Aina.
Aina llevaba una capa roja y estaba buscando flores para su madre, quien estaba enferma en casa. Aina estaba triste porque no sabía qué flores elegir. Lila, al ver a Aina tan preocupada, decidió acercarse y preguntarle qué le pasaba.
Aina explicó a Lila que su madre estaba enferma y ella quería encontrar las flores más bonitas para hacerla sentir mejor. Lila, con una sonrisa mágica, le dijo a Aina que ella podía ayudarla a encontrar las flores más especiales del bosque.
Lila y Aina comenzaron a explorar el bosque juntas. Lila sabía exactamente dónde estaban las flores más hermosas. Mientras caminaban, Aina le preguntó a Lila: '¿Por qué eres tan especial?' Lila respondió: 'Soy una princesa que se convirtió en hada para poder conceder deseos a las personas y hacerlas felices'. Aina quedó sorprendida y emocionada.
Finalmente, después de recoger muchas flores, Aina y Lila regresaron al castillo de Aina. Aina entregó las flores a su madre, quien se sintió muy feliz y agradecida. Aina le explicó a su madre la historia de Lila y cómo la princesa se había convertido en hada para ayudar a los demás.
Después de eso, Aina y Lila se hicieron muy buenas amigas y pasaban mucho tiempo juntas en el bosque. Aina aprendió que no siempre es necesario pedir cosas materiales, como juguetes o dulces. Lo más importante es estar rodeado de amor y tener a personas que nos cuiden.