Había una vez en los majestuosos bosques de los Andes, un huemul llamado Mateo y un noble cóndor llamado Simón.
Mateo y Simón eran grandes amigos y guardianes de su hogar natural.
Juntos, protegían a los animales pequeños y cuidaban las plantas que crecían libremente.
Pero un día, el humo oscureció el cielo y el fuego devoraba los árboles.
Mateo, preocupado, trotó hasta Simón y juntos observaron las llamas desde lo alto.
Simón, con su gran vista, pudo ver un grupo de humanos luchando contra el fuego.
Los amigos decidieron que debían ayudar a salvar su hogar, los bosques de los Andes.
Simón voló en busca de agua mientras Mateo guiaba a los animales a un lugar seguro.
Con el esfuerzo de todos, finalmente lograron apagar las últimas llamas del incendio.
Los bosques habían sufrido, pero juntos iniciarían el camino hacia la recuperación.
Mateo y Simón prometieron seguir protegiendo su amado hogar contra cualquier amenaza.
Y así, los dos amigos continuaron su labor como guardianes de los bosques de los Andes.
Reflection Questions