Había una vez tres bandidos llamados Pistolero, Revoltoso y Bandolero. Se escaparon y encontraron a Marcos y su hermana, dos niños indefensos.
Los bandidos querían robarle un collar a Marcos y su hermana. Pero ellos habían comprado un regalo para su mamá y no querían que les robaran.
La policía llegó y detuvo a los bandidos. Les dijeron que tenían que ir al colegio y ser buenos. Los bandidos no estaban contentos.
Pero en el colegio, los bandidos conocieron a otros niños y se hicieron amigos. Aprendieron a jugar juntos y a compartir.
Pistolero, Revoltoso y Bandolero descubrieron que todos los niños son diferentes y especiales. Se dieron cuenta de que la diversidad es buena y que todos deben ser incluidos.
Los bandidos decidieron dejar de ser malos y convertirse en buenos amigos. Ayudaron a Marcos y su hermana a devolver el collar y se disculparon.
Marcos, su hermana y los bandidos se convirtieron en un grupo de amigos inseparables. Juntos organizaron una fiesta en el colegio para celebrar la diversidad y la inclusión.
Desde ese día, Pistolero, Revoltoso y Bandolero siempre fueron buenos y ayudaron a las personas. Aprendieron que ser inclusivos es la mejor manera de vivir.
Y así, los tres bandidos y los dos niños indefensos se convirtieron en héroes de la inclusión y la amistad.
El fin.
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