La sirena se llamaba Marina y era conocida por su gran valentía y belleza. Vivía en un hermoso arrecife de coral, rodeada de peces de colores y otras criaturas marinas. Un día, mientras exploraba por el fondo del océano, Marina encontró un brillante cofre dorado. Dentro del cofre había perlas y gemas de todos los colores, llenos de misterio y poder. Este tesoro era muy especial, ya que tenía el poder de hacer realidad los deseos más profundos de aquel que lo poseyera.
Marina estaba muy emocionada y agradecida por su hallazgo. Pasaba horas y horas admirando cada una de las gemas, emocionada por lo que podría pedirle al tesoro. Pero mientras ella pensaba en sus deseos, un malvado pirata llamado Barbanegra, escuchó el rumor sobre este fabuloso tesoro y se dispuso a robarlo. El pirata Barbanegra era conocido en todos los mares por su fuerza y crueldad. Su único objetivo en la vida era acumular riquezas sin importar a quién tuviera que lastimar en el proceso. Cuando Barbanegra se enteró de que Marina era la dueña del tesoro, decidió ir tras ella.
Cuando la sirena se enteró de las intenciones del malvado pirata, no se asustó. En lugar de eso, se preparó para proteger su tesoro y enfrentar a Barbanegra. Marina sabía que tenía un poder especial: su hermosa voz podía hipnotizar y encantar a cualquiera que la escuchase. Aquella noche, Barbanegra llegó en su barco pirata al arrecife de coral donde vivía Marina. Estaba decidido a robar el tesoro y a deshacerse de la sirena para siempre. Pero cuando intentó acercarse al cofre, Marina comenzó a cantar su melodía mágica. El sonido de su voz resonaba en todo el océano y tenía un poder sobrenatural.
El canto de Marina envolvió a Barbanegra, quien cayó bajo su hechizo. Fascinado por la hermosa melodía, olvidó su plan de robar el tesoro y se sumergió en el océano para acercarse a Marina. Sin embargo, cuando el pirata intentó atraparla, una ola gigante lo empujó lejos de la sirena y Barbanegra desapareció en el horizonte, sin atreverse a volver a acosar a la valiente Marina. Desde ese día, Marina fue conocida en los siete mares como la sirena más valiente y poderosa. Siempre protegía su tesoro y a las criaturas marinas que la rodeaban. Su canto encantador se convirtió en una leyenda y todos los que lo escuchaban quedaban maravillados por su belleza.
Y así, cada noche estrellada y bajo la luz de la luna, Marina cantaba y cuidaba del tesoro, recordando siempre que su valor no solo radicaba en las gemas y perlas, sino en el amor y la amistad que había encontrado en el mágico mundo submarino.
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