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Once upon a time

Érase una vez, en un hermoso campo, tres conejitos traviesos llamados Rosita, Tomás y Benito. Estos tres conejitos eran los mejores amigos y siempre estaban juntos, explorando el campo y divirtiéndose. Un día soleado, mientras saltaban y jugaban cerca de un prado lleno de flores coloridas, los conejitos vieron algo brillante en la distancia. Corrieron emocionados hacia allá y descubrieron que era un antiguo mapa del tesoro. ¡Qué emoción!

Érase una vez, en un hermoso campo, tres conejitos traviesos llamados Rosita, Tomás y Benito. Estos tres conejitos eran los mejores amigos y siempre estaban juntos, explorando el campo y divirtiéndose. Un día soleado, mientras saltaban y jugaban cerca de un prado lleno de flores coloridas, los conejitos vieron algo brillante en la distancia. Corrieron emocionados hacia allá y descubrieron que era un antiguo mapa del tesoro. ¡Qué emoción!

El mapa les mostraba que deberían seguir un camino lleno de aventuras para encontrar el tesoro. Sin pensarlo dos veces, nuestros tres conejitos valientes decidieron embarcarse en esta divertida búsqueda. Así que, con el mapa en sus patitas, comenzaron su emocionante viaje. Saltaron por colinas, se escondieron entre los arbustos y se balancearon de las ramas de los árboles. Corrieron y saltaron tanto que llegaron hasta un río. Pero, ¡oh no!, ¿cómo cruzarían el río para seguir el mapa?

El mapa les mostraba que deberían seguir un camino lleno de aventuras para encontrar el tesoro. Sin pensarlo dos veces, nuestros tres conejitos valientes decidieron embarcarse en esta divertida búsqueda. Así que, con el mapa en sus patitas, comenzaron su emocionante viaje. Saltaron por colinas, se escondieron entre los arbustos y se balancearon de las ramas de los árboles. Corrieron y saltaron tanto que llegaron hasta un río. Pero, ¡oh no!, ¿cómo cruzarían el río para seguir el mapa?

Rosita, la conejita más inteligente, tuvo una idea brillante. Buscaron algunas piedritas y comenzaron a lanzarlas, una a una, creando un camino de piedras que les permitiría cruzar el río sin mojarse. ¡Qué ingeniosos eran nuestros conejitos! Después de cruzar el río con éxito, corrieron hacia una colina empinada y encontraron un árbol con ramas altas y jugosas manzanas. Tomás tenía un apetito voraz, así que subió al árbol y compartió con sus amigos las deliciosas manzanas. Estaba tan lleno de energía que incluso saltó desde lo alto del árbol, demostrando su valentía.

Rosita, la conejita más inteligente, tuvo una idea brillante. Buscaron algunas piedritas y comenzaron a lanzarlas, una a una, creando un camino de piedras que les permitiría cruzar el río sin mojarse. ¡Qué ingeniosos eran nuestros conejitos! Después de cruzar el río con éxito, corrieron hacia una colina empinada y encontraron un árbol con ramas altas y jugosas manzanas. Tomás tenía un apetito voraz, así que subió al árbol y compartió con sus amigos las deliciosas manzanas. Estaba tan lleno de energía que incluso saltó desde lo alto del árbol, demostrando su valentía.

Finalmente, nuestros tres conejitos llegaron al lugar indicado por el mapa y allí encontraron un tesoro mágico. Era un cofre lleno de zanahorias doradas, las más deliciosas del mundo de los conejitos. Se dieron cuenta de que el verdadero tesoro era la diversión y la amistad que habían compartido en esta maravillosa aventura. Con sus barriguitas llenas de zanahorias, nuestros valientes conejitos decidieron regresar a casa, saltando y jugando en el camino.

Finalmente, nuestros tres conejitos llegaron al lugar indicado por el mapa y allí encontraron un tesoro mágico. Era un cofre lleno de zanahorias doradas, las más deliciosas del mundo de los conejitos. Se dieron cuenta de que el verdadero tesoro era la diversión y la amistad que habían compartido en esta maravillosa aventura. Con sus barriguitas llenas de zanahorias, nuestros valientes conejitos decidieron regresar a casa, saltando y jugando en el camino.

Ya en sus madrigueras, los tres conejitos se acostaron en sus camitas, felices y agotados por su emocionante día. Soñaron con nuevos tesoros y aventuras que les esperaban en el futuro. Y así, nuestros tres conejitos corredores por el campo, Rosita, Tomás y Benito, vivieron felices para siempre, siempre listos para nuevas emociones y, sobre todo, siempre juntos. ¡Fin!

Ya en sus madrigueras, los tres conejitos se acostaron en sus camitas, felices y agotados por su emocionante día. Soñaron con nuevos tesoros y aventuras que les esperaban en el futuro. Y así, nuestros tres conejitos corredores por el campo, Rosita, Tomás y Benito, vivieron felices para siempre, siempre listos para nuevas emociones y, sobre todo, siempre juntos. ¡Fin!

Reflection Questions

  • What did the three bunnies find in the distance?
  • How did the bunnies cross the river?
  • What did the bunnies realize was the true treasure?

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