Reflection Questions
Era un soleado lunes por la mañana en Maplewood y Carlos se ponía su traje de baño. '¡Hoy nadaré en la piscina!' pensó emocionado.
Después de desayunar, Carlos corrió al jardín trasero donde su piscina brillaba bajo el sol. Se zambulló y comenzó a nadar felizmente.
Al salir, Carlos encontró sus pinturas. 'Ahora, ¡a pintar!' exclamó. Sacó un lienzo grande y empezó a pintar autobuses de colores.
Carlos pintó autobuses rojos, azules y verdes, con ventanas brillantes y ruedas enormes. Estaba orgulloso de su arte.
De repente, su perro Bruno saltó a su lado, moviendo la cola. '¡Hora de jugar, Bruno!' dijo Carlos, y ambos corrieron por el césped.
Jugaron a la pelota y al escondite. Bruno perseguía a Carlos, ladrando de alegría, hasta que ambos cayeron sobre el césped, cansados y contentos.
Más tarde, frente al colegio, Carlos se encontró con sus amigos para jugar al voleibol. Armaron la red y comenzaron el partido.
Risas y gritos de ánimo se mezclaban cada vez que alguien anotaba un punto. Carlos y sus amigos celebraban cada jugada.
El sol empezaba a ponerse y el partido de voleibol terminaba con un empate. '¡Qué buen juego!' exclamaban todos.
Exhausted but happy, all the friends sat on the grass sharing stories of their summer as the sky turned pink and orange.
Prometieron volver a encontrarse el próximo fin de semana para más aventuras. 'El verano en Maplewood es el mejor', pensó Carlos.
Carlos llegó a casa, cenó y se fue pronto a la cama, soñando con las próximas diversiones de verano.
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