Había una vez, en un pequeño pueblo en México, una familia muy especial. La mamá se llamaba Cathy y tenía dos hijas maravillosas llamadas Cata y Gaby. Cada noche, antes de dormir, Cathy les contaba a sus hijas una historia mágica o un cuento divertido. Una noche, mientras se preparaban para acostarse, las niñas le pidieron a Cathy que les contara la historia de por qué se celebra el Día de Reyes. Cathy sonrió y dijo: "¡Por supuesto, mis pequeñas! Esta historia es muy especial".
Entonces, las niñas se acurrucaron bajo las mantas calentitas mientras su mamá comenzaba la historia. "Hace mucho, mucho tiempo, en un lejano país llamado Oriente, tres hombres sabios, llamados Melchor, Gaspar y Baltasar, vieron una gran estrella en el cielo. Esa estrella era tan brillante y hermosa que decidieron seguirla, pues creían que les conduciría a algo muy importante." "Los tres hombres se montaron en sus camellos y siguieron la estrella durante días y noches. Viajaron a través de desiertos, montañas y ríos, hasta que llegaron a un humilde pesebre en Belén. Allí, encontraron a un lindo bebé, llamado Jesús, rodeado por su mamá, María, y su papá, José."
"Los tres hombres sabían que aquel bebé era especial, un Salvador enviado por Dios para traer amor y esperanza al mundo. Y así, decidieron entregarle regalos: oro, incienso y mirra. Estos regalos no solo eran símbolos de su amor y respeto por Jesús, sino que también representaban su deseo de protegerlo y apoyarlo en su vida." "Cada año, para recordar el hermoso gesto de aquellos sabios hombres, celebramos el Día de Reyes el 6 de enero. En esta fecha, las familias se reúnen para recordar el amor y la generosidad de los Reyes Magos, y también para intercambiar regalos, como una manera de mostrar nuestro amor y aprecio por los demás."
Cata y Gaby escucharon atentamente la historia y se quedaron fascinadas por la historia de los Reyes Magos. "¡Qué bonito, mamá!", exclamó Cata. "Me encanta la idea de dar regalos a las personas que queremos", añadió Gaby sonriendo. Cathy besó a sus hijas y les deseó dulces sueños antes de apagar la luz. Las niñas cerraron los ojos, contentas y emocionadas por el Día de Reyes que se acercaba.
Y así, mientras las estrellas brillaban en el cielo, el sueño envolvió a Cata y Gaby, llevándolas a un mundo de magia y sueños felices. Y en sus corazones, siempre llevarían el amor y la generosidad de los Reyes Magos. Fin.