Había una vez, tres conejitos llamados Benito, Rosa y Pepe, que vivían en un hermoso bosque. Un día soleado, decidieron aventurarse más allá del bosque y explorar el campo. Los tres conejitos saltaron por la pradera verde con mucha emoción, mientras el sol brillaba sobre ellos. Los tres eran amigos inseparables y siempre disfrutaban de hacer cosas juntos.
Mientras corrían por el campo, vieron muchas flores hermosas y coloridas. Benito exclamó: "¡Miren todas estas flores! Son tan bonitas, ¡podemos hacer una corona de flores para cada uno!". Entonces, los tres conejitos se detuvieron y comenzaron a recoger flores con alegría. Justo cuando terminaron de hacer sus coronas, escucharon un ruido extraño proveniente de un arbusto cercano. Curiosos, se acercaron lentamente. Ahí encontraron a un pequeño pajarito herido. Rosa, la más valiente de los tres, se acercó cuidadosamente al pajarito y dijo: "No te preocupes, pequeño pajarito, ¡vamos a ayudarte!".
Pepe encontró una pequeña rama y juntos construyeron un pequeño nido improvisado para el pajarito. Benito, quien era muy inteligente, fue a buscar algunos insectos para que el pajarito pudiera alimentarse y recuperarse más rápido. Agradecido, el pajarito les dijo: "¡Ustedes son los conejitos más amables que he conocido!". Los tres conejitos sonrieron y se sintieron muy orgullosos de su buena acción.
Después de ayudar al pajarito, los conejitos continuaron su aventura por el campo. Corrieron y saltaron por enormes prados, pasaron junto a un riachuelo y se divirtieron muchísimo. De repente, vieron una sombra sobre ellos. Levantaron la vista y vieron a su mamá coneja, quien los había estado buscando preocupada. Los tres conejitos corrieron hacia ella y dijeron emocionados: "¡Mamá, tuvimos la mejor aventura en el campo! Ayudamos a un pajarito herido y nos divertimos mucho".
Mamá coneja sonrió y dijo: "¡Qué valientes y amables son mis tres conejitos!" Luego, los abrazó fuertemente y los llevó de vuelta a su hogar. Y así, Benito, Rosa y Pepe disfrutaron de muchas más aventuras juntos, siempre recordando lo importante que es ayudar a los demás.
Y colorín colorado, este cuento de tres conejitos corriendo por el campo ha terminado. ¡Es hora de cerrar tus ojitos y soñar! Buenas noches, pequeño/a.
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