Había una vez un niño llamado Pedro.
Pedro vivía en una pequeña casa en el campo.
Un día, Pedro encontró un gato en el jardín.
Pedro se acercó al gato con cuidado.
El gato parecía asustado y se escondió debajo de un arbusto.
Pedro decidió esperar pacientemente a que el gato saliera.
Después de un rato, el gato salió lentamente.
Pedro extendió la mano y el gato se le acercó.
Desde ese día, Pedro y el gato se hicieron los mejores amigos.
Aprendieron que la paciencia trae hermosas amistades.
Reflection Questions