Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, un grupo de amigos llamados Juanito, María y Luis, que les encantaba jugar en el parque todos los días después de la escuela. Sin embargo, un día, algo extraño sucedió. Mientras jugaban en el parque, notaron que las personas del pueblo se comportaban de manera extraña. Se movían lentamente y tenían una mirada perdida en sus ojos. Los niños se dieron cuenta de que algo no estaba bien.
Decidieron investigar y se dirigieron al pueblo en busca de respuestas. Caminaron por las calles y notaron que las tiendas estaban cerradas y no había nadie en las calles. De repente, vieron a una persona que se tropezaba y se levantaba de manera extraña. ¡Era un zombie! Los niños se asustaron pero se mantuvieron valientes.
Los niños descubrieron que los zombies se habían apoderado del pueblo y estaban convirtiendo a las personas en zombies también. Sabían que tenían que hacer algo para detenerlos. Se dirigieron a la biblioteca y comenzaron a buscar información sobre cómo combatir a los zombies.
Después de leer varios libros, encontraron una receta antigua que prometía curar a los zombies. Reunieron los ingredientes necesarios y prepararon la poción. Luego, se dirigieron a la plaza del pueblo, donde todos los zombies estaban reunidos, y arrojaron la poción sobre ellos.
La poción comenzó a hacer efecto y los zombies comenzaron a volver a la normalidad. Las personas del pueblo también volvieron a la normalidad y agradecieron a los valientes niños por salvarlos. El pueblo volvió a ser un lugar feliz y los niños se sintieron muy orgullosos.
Desde entonces, Juanito, María y Luis se convirtieron en héroes del pueblo y siempre serán recordados por su valentía y determinación para salvar a todos. Y así, el pueblo de Villa Feliz volvió a vivir felices para siempre.