Era una noche tranquila y Ana estaba muy emocionada. ¡Iba a dormir en El Corte Inglés!
Con su osito de peluche y pijama de lunares, pasó junto a los escaparates brillantes.
Dentro, montones de juguetes la esperaban. Ana no sabía por dónde empezar.
Decidida, Ana se fue hacia los libros. ¡Era hora de una historia de aventuras!
Mientras leía, escuchó un pequeño ruido. ¿Sería un ratón juguetón o algo misterioso?
Siguiendo el sonido, Ana encontró a Pepe, el guardia nocturno, con su linterna.
Pepe sonrió y le propuso un juego: una búsqueda del tesoro en la oscuridad del almacén.
Con pistas escondidas entre ropas y juguetes, Ana se sintió como una verdadera detective.
Cada descubrimiento era una alegría. ¡Perfumes, chocolates y hasta un reloj despertador!
La última pista era un acertijo. ¿Dónde brilla un sol que nunca se pone? ¡La joyería!
En la joyería, una medalla de sol era el último tesoro. Pepe aplaudió su éxito.
Con el cofre lleno de tesoros y una gran sonrisa, Ana se despidió de su nueva amistad.
Cubierta por su manta de estrellas, Ana se durmió rodeada de cuentos y sueños mágicos.
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